Afirma D. José que los “liberales ingenuos (…) aún creen en la existencia de la fantasía antropológica llamada individuo“. Añade que “lo que puebla el universo fáctico es la gente”. Esto explica, según D. José, que “la mitad de los catalanes” haya “cambiado de patria con la misma facilidad y rapidez con que se puede cambiar de marca de desodorante”. Creo que D. José se equivoca. Para explicar por qué lo creo, permítanme recurrir a un ejemplo vinculado al recientemente conmemorado Día Internacional de la Mujer: la atávica práctica de la mutilación genital femenina.