Los días de gloria de Springsteen

Escrito a las 6:18 pm

Springsteen 1978

El pasado 14 de enero salió a la venta el último disco de Bruce Springsteen: High Hopes. No lo he comprado. Escuché trozos de las canciones en iTunes, pero ninguna me produjo el menor efecto. Es como si las hubiese oído ya. O como si fuesen versiones de otras canciones publicadas en los últimos años. Este va a ser el primero de los 18 discos de Springsteen que no compre. Mis “grandes esperanzas” en un nuevo discazo springsteeniano se han desvanecido, una vez más.

Esto no quita para que siga escuchando a Bruce prácticamente todos los días. Nunca me cansaré de sus grandes temazos de los años 70 (Incident on the 57th Street, Growin’ Up, Racing in the Street…), 80 (Reason to Believe, Born in the USA, One step up…)  y algunos sueltos desde entonces (With every wish, I wish I were blind, Jesse James…). Pero, con el tiempo, sus “denuncias sociales” me han empezado a cargar. No por las denuncias en sí, sino por su excesivo protagonismo frente a su música. Es como si los nuevos discos fuesen una excusa para lanzar soflamas en vez de para lanzar buenas canciones. Sirva como ejemplo de esta evolución la comparación de dos de sus temas.

My Hometown es la balada que cierra el disco que en 1984 convirtió a Springsteen en una super-estrella: Born in the USA. Como el resto del disco, cuenta una historia de desengaño, de sueño americano prometido y nunca alcanzado. Es la historia de un hombre cuyo padre le inculcó de niño su amor por su ciudad natal pero que, una vez llegado a la edad adulta, debe abandonarla. Las tensiones raciales y problemas internos de la ciudad han llevado a que cierren sus tiendas y fábricas, evaporándose las oportunidades de trabajo. Pese a todo, el protagonista y su mujer siguen teniendo el sueño de un futuro mejor y, por ello mismo, deciden irse a otra ciudad. Pero antes de irse, el ahora padre decide hacer con su hijo lo que su padre hizo con él: enseñarle a amar a su ciudad natal. La ciudad, claro está, es un símbolo de los Estados Unidos, a los que el disco está dedicado.

Todos estos sentimientos encontrados, sueños y desengaños, patriotismo y sutileza en la descripción de los problemas sociales desaparecen en Death to my hometown, tema del disco Wrecking Ball de 2012. El declive de la ciudad natal ahora es culpa de “ellos”: los “buitres”, los “saqueadores” y los “ladrones”. El mensaje también tiene como destinatario a los jóvenes, pero en vez de resaltar el amor por la ciudad natal, incita al odio hacia los que “se comen la carne de todo lo que encuentran”. Las fábricas de la ciudad natal ya no han cerrado; han sido silenciosamente destruidas por unos robber barons (los malvados capitalistas favoritos de los EEUU) que se han hecho ricos empobreciendo a los demás. El mitin populista-revolucionario termina con un sonido inimaginable en el joven Springsteen: el de una escopeta cargándose.

Parecería como si la fama, el dinero y el éxito hubiesen enrabietado a Springsteen. No es que su país esté ahora mucho peor de lo que estaba hace 30 años; es como si los orígenes obreros de Springsteen hubiesen dejado de ser una inspiración para su obra y se hubiesen convertido en una pose. Ahora ha buscado aliados con los que compartir su rabia. Su actual “musa” –así lo describe Bruce-, acompañante en sus giras e inspirador de parte de su último disco es Tom Morello, el virtuoso guitarrista de Rage Against the Machine (cuya música admiro pese a sus letras) y conocido activista de extrema izquierda; todavía retumban las paredes por el mosqueo que cogió Morello cuando el candidato a Vicepresidente del Partido Republicano en 2012, Paul Ryan, se declaró fan de RATM… La guitarra de Morello luce el mensaje: “dad armas a los sin techo”.

Mientras escribía este artículo, recibí un e-mail de Springsteen (su nombre salía en el remite). Me informaba de que el 25 de marzo sale a la venta un DVD y Blu-Ray del “concierto celebrado con motivo del nombramiento de Bruce Springsteen como persona del año 2013 por la fundación MusiCares.” Esta fundación ayuda a músicos necesitados y depende de la Academia musical que entrega los Grammys. La “persona del año” en 2011 fue Barbara Streisand y en 2012 fue Paul McCartney. En el concierto de tributo a Springsteen hicieron versiones de sus temas, entre otros, Elton John, Juanes y, como no, Tom Morello (por partida doble).

El mail también me informa de que “por tiempo limitado, puedes hacerte con High Hopes, su último álbum, por sólo 4,99€ en iTunes! Aprovecha esta oportunidad!”.

Pero, cuando estoy a punto de darle a la tecla de “Delete”, un detalle me llama la atención: la última canción del concierto, interpretada por Bruce Springsteen & The E Street Band, es Glory Days, su himno a los que viven de glorias pasadas.

Bruce, pese a todo, no ha perdido su sentido del humor.

 

Artículo publicado en la edición de abril de Capital




Recibir posts por correo

Dejar un Comentario

Los comentarios en esta página están moderados, no aparecerán inmediatamente en la página al ser enviados. Evita, por favor, las descalificaciones personales, los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculizaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sean dirigidos al autor de la página o a cualquier otro comentarista. Estás en tu perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, no utilices el anonimato para decirles a las personas cosas que no les dirías en caso de tenerlas delante. Intenta mantener un ambiente agradable en el que las personas puedan comentar sin temor a sentirse insultados o descalificados. No comentes de manera repetitiva sobre un mismo tema, y mucho menos con varias identidades (astroturfing) o suplantando a otros comentaristas. Los comentarios que incumplan esas normas básicas serán eliminados.

XHTML: Puedes usar las siguientes etiquetas: A ABBR ACRONYM B BLOCKQUOTE CITE CODE DEL EM I Q STRIKE STRONG IMG

Logotipo de Blogestudio